COMO
VIVIR
PARA
SIEMPRE

   Es una maravillosa y asombrante verdad que Dios hiciera posible
que cada persona (también usted, amado lector) viviera para
siempre. Dios ha hecho posible que cada persona pueda ir al cielo.
La Biblia dice: "El que quiera, tome del agua de la vida
gratuitamente" (Ap. 22:17). Así que, la invitación para ser salvo
es para "el que quiera." ¡Esto lo incluye a usted, mi amigo!
   Sin embargo, para obtener vida eterna, hay sólo un camino. No
hay muchos caminos, o varios caminos, ni dos caminos para obtener
la vida eterna. No hay un camino bautista, un camino católico, un
camino metodista, etc. Hay sólo un camino. Jesús le dijo, "Yo
soy EL camino, y LA verdad, y LA vida; nadie viene al Padre,
sino por mí" (Jn. 14:6). Una persona no llega a Dios por la
iglesia, un sacerdote, un predicador o el papa, es solamente por
Jesús. Jesús dijo: "Yo soy la puerta" (Jn. 10:9). También dijo:
"El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino
que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador" (Jn. 10:1).
Así que todo aquel que trata de ser salvo por otro camino y no por
Jesús, es contado como ladrón y salteador.
   Para que pueda tener vida eterna, amigo mío, tiene que venir a
Dios por Jesucristo. Para llegar a Cristo, usted debe:

I. Reconocer que:
   (1) Usted es pecador.
       El pecado es infracción de la ley (1 Jn. 3:4) y la Biblia
dice: "Por cuanto todos pecaron" (Rom. 3:23). Es seguro,
amigo, que usted ha pecado, y usted, ahorita mismo puede pensar
en algunos pecados que ha cometido.
       Pero no sólo es usted pecador.
   (2) Usted es un pecador condenado.
       Mire, amigo, la Biblia nos dice: "La paga del pecado es
muerte" (Rom. 6:23). Por que somos pecadores, tenemos una
deuda, la muerte. Esto incluye la muerte física, como también "el
lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda"
(Ap. 21:8).
       ¡Qué horrible! Pero la Biblia nos enseña que esto es verdad.
Los pecadores tienen que pagar su deuda, la cual es pasar la
eternidad en el lago de fuego.
       Habiendo pecado, usted ya tiene esta deuda. "Ya ha sido
condenado" (Jn. 3:18). Somos como un hombre que espera su
pena después de haber sido sentenciado a muerte. Su sentencia ya
ha sido declarada - "La paga del pecado es muerte" - y está
simplemente esperando el día de muerte, cuando la sentencia se

lleve a cabo y sea echado en el infierno por la eternidad.
       Hay que reconocer estas cosas, amigo, si usted quiere ser
salvo. Usted debe:

II. Reconocer lo que Dios ha hecho por usted.
   (1) Dios dio a Su Hijo (Jesús) para que muriera por sus pecados.
       Jn. 3:16 nos dice cuán grande fue el amor de Dios por
nosotros, permitiendo que Jesús muriera por nosotros en la cruz
para que pudiéramos ser salvos.
       Como ve, amigo, debemos el precio de muerte por nuestros
pecados. Jesús no tenía pecado (1 P. 2:22), así que no tenía deuda
de muerte. Pero Jesús fue clavado en la cruz del calvario, donde
El derramó Su sangre y murió.
       Jesús no murió por Sus propios pecados (porque no tenía
pecados), pero "Cristo murió por nosotros" (Rom. 5:8). Jesús
fue nuestro substituto en muerte; El pagó la deuda por nuestros
pecados.
   (2) Después de tres días, Jesús se levantó de entre los muertos,
probando que tiene poder sobre la muerte.
       Jesús no está muerto; El vive ahorita mismo (Rom. 6:9).
Un salvador muerto no salva. Un hombre muerto (sea Mahoma,
Buda, Confucio, etc.) no puede dar vida eterna. Jesús dijo
"...Porque Yo vivo, vosotros también viviréis." (Juan 14:19).
   (3) Porque Cristo pagó por nuestros pecados, Dios nos ofrece
el regalo de la vida eterna.
       Romanos 6:23 nos dice que "la dádiva de Dios es vida
eterna en Cristo Jesús Señor nuestro." Así que la vida eterna
no se obtiene por el ser buena persona, por confesarse con un
sacerdote, por ser miembro de una iglesia, ni por ninguna buena
obra que pueda hacer. Tiene que ser recibida como un regalo.
Jesús pagó el pago del pecado, por eso, Dios le ofrece a usted la
vida eterna como un regalo "gratuito" (Rom. 3:24), como "don
de Dios" (Efesios 2:8-9). Ahora usted debe:

III. Aceptar el regalo de Dios.
       "El don de Dios es vida eterna" (Rom. 6:23), pero un
regalo nunca será suyo hasta que no lo reciba.
       La vida eterna por Cristo Jesús se recibe al:
   (1) Arrepentirse de sus pecados.
       Jesús dijo; "Si no os arrepentís, todos pereceréis
igualmente" (Lucas 13:3,5). Arrepentirse quiere decir: tener un
cambio de pensar en cuanto al pecado, en cuanto a sí mismo, y en

cuanto a Dios. Es decir, que está dispuesto a que Dios tome sus
pecados y cambie su vida. Es dejar su camino para tomar el camino
de Dios.
   (2) Poner su confianza en Jesús para que lo salve y le dé vida
eterna.
       La Biblia llama a esta confianza "fe" y nos dice: "porque
por gracia sois salvos, por medio de la fe" (Efesios 2:8).
       Tener fe es esperar que Dios haga lo que dijo que va a
hacer. Dios dijo que lo salvaría y le daría vida eterna si usted cree
y confía en que El lo va hacer.

   Amigo mío, si quiere arrepentirse de sus pecados y confiar en
Jesús como su única esperanza de vida eterna, pare lo que está
haciendo, incline su rostro, y pida que Jesús sea su Salvador, que
le salve de su pecado, y que le dé vida eterna. "Porque todo
aquel que invocare el Nombre del Señor, será salvo" (Romanos
10:13).
   Si sinceramente quiere, pero no sabe qué orar, puede orar algo
semejante a lo siguiente:

   "Querido Señor:
   Soy pecador, creo que moriste por mis pecados y que
resucitaste de entre los muertos; confío en Ti como mi Salvador.
Te traigo mis pecados, pidiendo que me des vida eterna."

   Ahora mismo, amigo mío, si sinceramente le pidió a Jesucristo
que lo salvara, usted es salvo e irá al cielo cuando muere.

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