¿Quien?

   ¿QUIEN ES EL MUERTO?
   ¿Está usted muerto?

   Usted se reirá y dirá: "Yo no me siento
muerto."   Pero tampoco un cadáver siente
que está muerto.   El está muerto en su ataúd;
usted está muerto, tal vez, en pecados.   La
Biblia dice: "Y el os dió vida a vosotros,
cuando estábais muertos en vuestros
delitos y pecados"
(Ef. 2:1).

   El cadáver está muerto físicamente;
usted está muerto espiritualmente.   El está
separado de este mundo; usted lo está de
Dios.   "Pero yo no tengo vicios," dirá usted.
"Yo no daño a nadie."   Tampoco el cadáver.

El no miente, no roba, no blasfema, ni cam-
bia.   Está muerto y eso es serio.   Tal vez usted
"ha hecho lo mejor que puede, ha asistido a
la iglesia, etc.," pero SI NO NACIERE DEL
ESPIRITU, NO TIENE VIDA ESPIRIT-
UALMENTE, Y NO PUEDE ENTRAR EN
EL REINO DE DIOS (Juan 3).

  La mayoría de gente no puede decir,
"No tengo vicios."  Tienen pecados de todas
clases.  Pero la excusa puede ser, "Yo creo
en Dios, todos los hombres son pecadores."
Pero CRISTO dijo, OS ES NECESARIO
NACER DE NUEVO...LO QUE ES
NACIDO DE LA CARNE, CARNE ES; Y
LO QUE ES NACIDO DEL ESPIRITU,
ESPIRITU ES."

  Asi, si uno es un vil pecador, o si uno
es una persona muy religiosa, "EL QUE NO
NACIERE DEL ESPIRITU NO PUEDE
ENTRAR EN EL REINO DE DIOS."

  ¡Piense en esto!  Usted está muerto y
perdido.  LA PAGA DEL PECADO ES
MUERTE, MAS LA DADIVA DE DIOS
ES VIDA ETERNA EN CRISTO JESUS
SEÑOR NUESTRO (Rom. 6:23).  Es la obra
de Dios cuando un pobre pecador perdido,
culpable y digno de infierno, recibe al Señor
y recibe una naturaleza; nueva llega a ser un
hijo de Dios y comienza una nueva vida.  La
vida física comienza por el nacimiento; la
vida espiritual comienza de la misma
manera.

   Esta no necesita ser explicada, sino

experimentada.  Si usted no ha tenido la
experiencia, la explicación no servirá de
nada; y si ha tenido la experiencia, no
necesita la explicación.  Cuando usted nazca
de nuevo llegará a ser participante de la
naturaleza divina.

  Todos han nacido en pecado, y todos
tenemos una naturaleza pecaminosa.  Con
esa naturaleza ninguno puede vivir como un
cristiano.  Los deseos de la carne son
demasiado fuertes.  Pero para esto Cristo
pagó el precio con su propia sangre, a fin de
hacer el más grande de todos los milagros:
el cambio de nuestra naturaleza.

  Cuando un hombre tiene hambre de
justicia, él puede clamar a Dios quien ha
prometido dar esa nueva naturaleza y
limpiar su corazón en la sangre del Cordero.
No se puede vivir como cristiano en nuestra
propia fuerza; sino la naturaleza divina
producirá un cambio en sus deseos, y en su
vida.  Cristo dijo: EL QUE ME AMA, MI
PALABRA GUARDARA Y MI PADRE
LE AMARA, Y VENDREMOS A EL, Y
HAREMOS MORADA CON EL (Juan
14:23).  HE AQUI, YO ESTOY A LA
PUERTA (DE SU CORAZON) Y LLAMO;
SI ALGUNO OYE MI VOZ Y ABRE LA
PUERTA, ENTRARE A EL, Y CENARE
CON EL, Y EL CONMIGO.

  Vaya directamente al Señor Jesús y
digale que le reciba ahora.  Lea Juan 3:26 y
crea: EL QUE CREE EN EL HIJO TIENE

VIDA ETERNA, PERO EL QUE
DESOBEDECE AL HIJO NO VERA LA
VIDA, SINO LA IRA DE DIOS ESTA            
SOBRE EL.

  ¡Qué maravilla, habiendo estado
muerto, ahora vivir, y gozar vida!  Oh,
recíbalo hoy.  No rechace el amor y el don
de nuestro amado Salvador.  Recíbalo hay;
mañana puede ser demasiado tarde.

  Comprendo que el Nuevo Nacimiento
es necesario, por lo tanto, ahora,
sinceramente, recibo al Hijo de Dios, el
Señor Jesucristo, como mi propio Señor y
Salvador, confiando en que El me lave de
mis pecados.  Confío en Su promesa que EL
QUE TIENE AL HIJO, TIENE VIDA,
cuando tenga oportunidad le confesaré
delante de los hombres como mi Salvador.

   Si ha aceptado a Cristo, firme este
folleto como un testimonio y envíelo a:

Hermano Pablo Levin
Bible Tracts, Inc.
Box 588
Normal, IL 61761-0588
USA

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No. 60SP

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